miércoles, 15 de octubre de 2008

Tribulaciones económicas e imposibles solazamientos eróticos



Marcial dixit:


"Corano me debe cien mil sestercios y Mancino doscientos mil, Titio trescientos mil, Albino el doble, un millón Sabino y otro Serrano; de los inmuebles y las fincas me vienen tres millones completos, de los rebaños de Parma seiscientos mil...”
Todos los días, Afro, me cuentas esto; y retengo estos datos mejor que mi nombre. Conviene que me des algún dinero para que pueda soportarlo: compensa mi náusea de todos los días con monedas: no puedo, Afro, oír todo eso gratis.


Ordenas, Lesbia, que mi pene esté siempre a tu disposición: créeme, una minga no es como un dedo. Aunque tú la estimules con manos acariciadoras y con palabras, tu rostro imperioso actúa en contra tuya.

jueves, 9 de octubre de 2008



Un poema de los tiempos modernos:

Se me acerca una de las furcias
La invito a una copa,
a otra, y a otra,
hasta que se olvida de trabajar.
Esta noche borracha dormirá
con los muslos frescos
y un olor a tulipanes
ascendiendo
desde su ranura
tragaperras.
Seguimos bebiendo
juntos
pero en continentes etílicos distintos
Ella me habla de su vida
como si su vida no fuera lo que veo
Llora sobre mi hombro
Se limpia los mocos con servilletas de papel.
Se rasca las tetas
y a mí me entra una emoción filial
Su hija, al parecer,
no quiere estudiar
-Bueno mujer, otra cosa hará…
-Quiere ser puta como yo…
Otro trago en honor
a las generaciones futuras.
Ya está cansada de mí, lo noto,
porque hablo poco
y no le doy consejos.
Pero claro,
si tuviera alguna respuesta inteligente,
no estaría escondido
en un rincón de este garito.
Antes de irse
me echa mano a la entrepierna
-Si agitara esta rama,
¿crees que se caerían las nueces?
Debe ser un chiste de la profesión…



Luis Amézaga

Descargarse el libro completo

jueves, 2 de octubre de 2008

Vestalia



Las Vestales custodiaban el fuego sagrado y eran las únicas sacerdotisas de la antigua Roma. Las elegía el Pontífice Máximo entre las más distinguidas familias patricias a la edad de 6 a 10 años. Servían a la diosa durante 30 años, viviendo en la Casa de las Vestales a cargo del erario público. Tras ese tiempo podían volver junto a sus familias o casarse. Participaban en la vida religiosa de la ciudad, en distintas fiestas, y preparaban la mola salsa, una harina ritual que se empleaba en todos los sacrificios, pues se extendía sobre el animal conducido al sacrificio. De este hecho procede la palabra inmolar y así nos lo explica Servio en Comentarios a la Eneida X, 541:
propiamente se dice que las victimas son inmoladas no cuando son sacrificadas, sino cuando reciben la mola salsa.
En el podio del templo de las vestales se abría una cavidad trapezoidal a la que se accedía solo desde la cella, que parece ser la ubicación del penus Vestae, donde se guardaban unos misteriosos objetos sagrados que aseguraban la grandeza de Roma que no podían ser vistos más que por las sacerdotisas, y que según Servio eran siete objetos de: el alfiler de la madre de los dioses, una cuádriga de barro de los Veyenses, las cenizas de Orestes, el cetro de Príamo, el velo de Iliona, los escudos sagrados de Marte, y el Paladion, que era una imagen de la diosa Palas Atenea-Minerva, que fue el amuleto de Troya y que Eneas trajo de esa ciudad junto con los Penates.
Durante los días de las Vestalia las matronas acudían con los pies desnudos y el cabello suelto para pedir por el bien de su hogar y su familia, tal como acudían en momentos de sequía a rogar la lluvia a Júpiter. Solían llevar al templo platos con manjares variados y las vestales les ofrecían la mola salsa. La razón por la que iban descalzas debía ser de carácter mágico para tener mayor contacto con la tierra y los dioses ctónicos. Aunque Ovidio nos da otra explicación: este lugar que actualmente ocupan los foros estaba antaño cubierto por húmedos marjales (...) Hoy día estos parajes son tierra seca pero aquella antigua costumbre ha perdurado.
El 9 de junio la fiesta era más popular, era la fiesta de los panaderos y los molineros, por su relación con el fuego puesto que lo utilizan en los hornos para hacer el pan. Adornaban a los asnos, ayudantes de su trabajo y también las ruedas de los molinos con coronas de violetas y panecillos.
El asno participa de la fiesta por su actividad en la molienda del grano, pero también por ser el animal consagrado a la diosa Vesta ya que, tras un banquete al que asistieron los dioses, ésta se qudó dormida y estuvo a punto de ser violada por el borracho Príapo. El rebuzno de un asno la puso en guardia y sus gritos le hicieron huir.

Vía Hortus Hesperidium