miércoles, 21 de octubre de 2009

Contra el monopolio de la propiedad intelectual



Aparataje dialéctico para tapar la boca definitivamente a los de la SGAE:

Partimos de John Locke:

"Cada uno de los hombres es propietario de su propia persona. Nadie sino él tiene derecho sobre ella. Podemos decir que el trabajo de su cuerpo y las obras de sus manos son estrictamente suyos. Cuando aparta una cosa del estado que la naturaleza le ha proporcionado y depositado en ella y mezcla con ella su trabajo, le añade algo que es suyo, convirtiéndola así en su propiedad. Ahora existe a su lado, separada del estado común de la naturaleza puesta en ella. Con su trabajo le ha añadido algo que la excluye del derecho común de las demás personas. Dado que este trabajo es propiedad indiscutible del trabajador, nadie puede tener derecho sobre aquello que ha añadido...”

Pero hay que tener en cuenta el siguiente peligro, siguendo a Stephan Kinsella:

“Por el solo hecho de pensar y plasmar un patrón original de información, o por el solo hecho de encontrar otra nueva manera de emplear su propiedad, el creador protegido por la propiedad intelectual deviene propietario parcial de las propiedades de los demás". "Por el mero hecho de idear una nueva técnica para cavar hoyos, el inventor puede prohibir a todos los otros individuos del mundo cavar hoyos del mismo modo, incluso en su propiedad."
O reproducir una música con CDs de su propiedad. O copiar una obra con papel de su propiedad.

Y concluyendo con Albert Esplugas:

"En economía se habla de bienes escasos cuando el uso de un bien por parte de un individuo excluye / limita el uso de este bien por parte de otro individuo o para otra finalidad. Una manzana, por ejemplo, es un bien escaso porque si la engullo no puedo emplearla para otro propósito y ningún otro individuo puede darle otro uso. Por tanto, un bien es escaso cuando puede haber conflicto sobre su uso por parte de múltiples actores humanos. El aire es un ejemplo de bien no escaso en la actualidad, porque el hecho de que yo respire no excluye / limita el uso que otro pueda hacer del aire.
De la posibilidad de conflicto surge entonces la necesidad de establecer una ética que sea conforme con la naturaleza humana y que disponga normas sobre el uso de estos bienes escasos. Tal es el fundamento de los derechos de propiedad lockeanos. Así, para evitar el conflicto, los derechos de propiedad deben ser visibles y justos.
Pero las ideas, y ése es el punto clave, no son bienes escasos. Los objetos inmateriales no son de uso excluyente, no puede haber conflicto sobre su uso. Si yo empleo una idea ello no impide que otro pueda hacer uso de esa misma idea en el mismo instante. Mi uso de una idea particular no excluye / limita el uso de nadie respecto de esa idea. Si yo canto una canción, ello no impide que otro pueda cantarla. La canción no se gasta por muchas voces que la entonen."

Luego no es legítimo el establecimiento de derechos de propiedad sobre bienes intangibles. Las ideas no son apropiables...
Ni legítimo ni útil. El establecimiento de monopolios sobre la propiedad intelectual -patentes, copyrights- en absoluto ha fomentado una mayor creación artístico/científica, como suele decirse. Tenéis múltiples ejemplos de ello en el libro Against Intellectual Monopoly, que merece muy mucho una lectura atenta.

4 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

Me ha resultado todo un poco confuso, la verdad. Sólo me referiré a un aspecto bien concreto: si nadie paga por mi producción intelectual, es evidente que tendré que dejar esa producción y dedicarme a otra cosa para poder comer. ¿Cabe que todo el mundo quiera "consumir" cultura y el "productor" de cultura tenga que vivir del aire? Es un tema peliagudo. Quizá la SAEG exagera en algunas o en muchas cosas. Pero si nadie recibe una compensación económica para poder hacer cultura, mucho me temo que termine por acabarse. Besitos.

Persio dijo...

Básicamente sería esto:

Uno es el dueño de los frutos de su trabajo (Locke). Pero no pueden establecerse derechos de propiedad sobre bienes intangibles, como las ideas, puesto que esto supondría injerirse en los derechos de propiedad del comprador de esa producción artística. Yo tengo un CD y hago con el lo que quiera; yo compro un libro y si quiero lo copio. El autor, una vez me ha vendido su música o su libro no puede decirme lo que puedo hacer con él, puesto que ya es mío.
Por otro lado, las ideas, al no ser un bien escaso, no plantean conflictos sobre su uso; pueden ser utilizadas por varias personas a la vez, como sucede con el aire, por ejemplo, que al no ser escaso no es un bien económico, susceptible, por tanto, de ser privatizado. No sucede así con la propiedad física, donde, si no se establecen títulos de propiedad, se plantearían continuaos conflictos sobre su uso.

Los autores, por tanto, pueden disfrutar de los frutos de su trabajo, pero sin imponer a los demás restricciones a su libertad. Un cantante puede cobrar por asistir a su concierto, pero no puede impedir que nadie copie sus discos. Un escritor puede cobrar por la primera edición de sus libros, pero no puede impedir que, una vez en el mercado, este libro suyo sea comprado y, a su vez vendido por otra editorial. Así sucedía, por ejemplo, en el s. XIX en USA: los autores tenían su modesta ganancia, y la difusión cultural y alfabetización del país fue rapidísima.

Pero es que, además, ¿por qué se protegen unas creaciones artísticas y otras no? Sí los libros y la música; no la moda, la arquitectura, ni la creación realizada por un artesano del mueble. La evolución de la sociedad está basada en la imitación (copia). Así es como aprendemos desde niños y así es como evoluciona el arte y la civilización en general. Limitar la copia es limitar la difusión cultural, el aprendizaje de los otros, el desarrollo, al fin y al cabo.

Tampoco creo que el incentivo económico sea determinante para la creación artística. En absoluto. Si así fuera no habría poetas, ni antes, ni ahora. Pues de la poesía no se vive. Ni Homero ni los antiguos hubieran creado nada. En la actualidad, sin embargo, con tanta protección a los "derechos" de autor, la calidad de la creación artística es ínfima.

fgiucich dijo...

Comparto la opinión de Isabel Romana. Abrazos.

Persio dijo...

Se comprende. Es el lugar común.