miércoles, 19 de octubre de 2011

La mano del cíclope




Huye del ojo que todo lo ve.

Así habló Tiresias,

el adivino hombremujer.

No te fíes de su vista unívoca.

El pastor de cabras,

para no ser menos,

tiene temperamento de cabrón.

Pero teme,

sobre todo,

su mano encallecida

de tantas piedras vanas lanzadas a Odiseo,

en su huida.

Evitaré su mano,

me digo.

Pero pienso,

¿por qué no evité pisarle el juanete?

lunes, 17 de octubre de 2011

Generatrix




La luna en la noche de los tiempos,

como un don de los dioses.

Alabada sea.

¿Cómo romper, si no, la oscuridad con hachas y martillos de sílex?

En Siberia hay mamuts enterrados en tierras heladas.

Un fértil neolítico de hoces y labores, en la medialuna creciente.

Y un Mediterráneo de sal.

Go west!

Generatrix: Diosas panzudas preñadas de generaciones nacientes.

Vértices de pirámides, pero cruzamos el mar Rojo.

Fenicios que enseñaron a judíos las virtudes del comercio.

Los cedros del Líbano para edificar naves hacia Tarsis.

Salomón, oh qué gran rey, pero volvió por el camino de Egipto.

Amaba demasiado los caballos y las mujeres.

¿Para qué queréis reyes?, nos dijo Dios.

(Libro primero de Samuel, capítulo octavo)

Y las edades de los metales sucesivos: cobre, bronce, hierro.

Heracles, Odiseo y el vellocino de oro.

Mitos o materialismo histórico, tomad una de dos.

Dialéctica made in Deutchsland.

Hoces y martillos nuevos, dijo Karl, moviendo bigote y barba.

Generaciones nacidas. Degüellos.

Las paredes del infierno

Erais la sal de la tierra y lo seguiréis siendo.

Testigos y daguerrotipos perdidos.

Paisaje sobre fondo rojo.

Oh siglo veinte.

Aún brilla esa luna.