domingo, 30 de septiembre de 2007

Paris y la manzana de oro


En la celebración de una boda, la ninfa Éride lanzó al aire una manzana de oro en la que estaba escrito: Para la más bella. Las diosas Hera, Atenea y Afrodita se disputaron la manzana. Pero el dios-mensajero Hermes, para evitar una pelea entre ellas, la cogió y se la entregó a Paris...

-Toma… Tú serás el árbitro.
-¿Yo?
-Sí, elige. ¿Quién te parece más bella?
Paris tenía algunas dudas:
-Dividiré la manzana en tres partes…
-¡No! –dijo Hermes-. Eso no puedes hacerlo… Tienes que dársela a una de ellas.
-Está bien.
Las tres diosas se pusieron una al lado de otra, en el concurso de belleza más antiguo de la historia.
La diosa Atenea dijo:
-Que afrodita se quite su cinturón mágico… que brilla mucho y despista.
Y Afrodita contestó:
-Y tú quítate ese casco que llevas. Si te atreves, claro… porque sin él estás horrible.
Paris las examinaba una a una, empezando por Hera, la más callada hasta entonces.
Cada una de las diosas le prometió un premio si le daba la manzana.
Hera le dijo:
-Te haré el hombre más rico del mundo.
Atenea:
-Te haré vencedor en todas las batallas. Y el hombre más bello y sabio del mundo.
Y Afrodita:
-Yo te entregaré a Helena de Esparta, la mujer más hermosa.
Helena era bella y de piel delicada. Se dice que había nacido de un huevo de cisne. Todos los príncipes de Grecia quisieron casarse con ella, aunque al final ella se fue con Menelao.
Paris se interesó por el asunto:
-¿Y qué puedo hacer entonces, si está casada?
-De eso me encargo yo…
A Paris le tentaba la idea de conocer a Helena, una de las invitadas a la boda de la ninfa. Paris miraba cómo Helena hablaba con el resto de los invitados; y empezó a enamorarse de ella.
Entonces decidió lo siguiente:
-Pues mira, Afrodita, tú eres la diosa más bella, ¿sabes? –Y le dio la manzana:- ¡Tómala, has ganado!
Dando por terminado el concurso de belleza.
Entonces Hera y Atenea se alejaron cogidas del brazo, celosas y enfadadas, pensando en cómo vengarse.
Pero Afrodita aún tenía que cumplir su promesa… Entonces hizo que Helena de Esparta también se fijara en Paris y se enamorara de él.
Y esa misma noche los dos juntos huyeron en un barco, camino de Troya.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Elogio de la mujer chiquita



Para mujer pequeña no hay comparación:
terrenal paraíso y gran consolación,
recreo y alegría, placer y bendición,
mejor es en la prueba que en la salutación.

Siempre quise a la chica más que a grande o mayor;
¡escapar de un mal grande nunca ha sido un error!
Del mal tomar lo menos, dícelo el sabidor,
por ello, entre mujeres, ¡la menor es mejor!

Arcipreste de Hita

viernes, 28 de septiembre de 2007

La violonchelista



-Esto es lo único que he tenido entre la piernas últimamente...

La flautista, al oírla, se abstuvo de opinar sobre su instrumento.

jueves, 27 de septiembre de 2007


Décathlon
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La ciudad abierta y deportiva admite muchas posibilidades para ponerse en forma...

miércoles, 26 de septiembre de 2007



-Déme esa cabeza de cerdo de allí.
Y el carnicero contesta:
-Perdone señora, pero eso es un espejo.

Leído y reído en El blog de Hormigón.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Piratas del Caribe



Los filibusteros de la SGAE pretenden consolidar la tiranía del canon. Una regla fija y monetaria, un porcentaje o gravamen que se imponga sobre todo aparato reproductor, sea éste móvil, fijo, masculino, femenino; tenga forma de disco: virgen, compacto, como se quiera.
Los bucaneros de la SGAE quieren extender sus dominios a las revistas literarias y quiméricas, a las aguas del internete –patrullando este mar sin bandera- y hacerse con su pequeña isla del tesoro. Un mar asequible y monetizado para los corsarios sin patente de la SGAE, piratas cadavéricos que se animan al son de la calavera y la calderilla. Para quien se salga de su canon habrá crujir de dientes.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Se acaba el verano y hay que ir apurando las cervecitas...

miércoles, 12 de septiembre de 2007

¡Libro a la vista!



Bueno, pues aquí tenemos la primera novela... Autoeditada, maquetada, escrita, uf, todo un trabajo de artesanía, si puedo decirlo. Ciento noventa y ocho páginas, dizque ágiles y desenfadadas, en las que predomina el tonillo que ya me vais conociendo. Una road-movie pero en libro, expresionista, cómico, muy dialogado, donde se cuenta la historia de dos pardillos que sufren un contratiempo y se infiltran, involuntariamente, en una célula islamista…

Un torbellino por el precio de 10 euritos más el envío, o sea, 12,29. ¿Tenéis un ratón a mano? Pues click y enviadme un correo a mcharlus@hotmail.com para solicitarme el libro.

O si queréis empezar leyendo el Capítulo Primero...

sábado, 8 de septiembre de 2007

Apolo en llamas



Los dioses neopaganos de la modernidad no se apiadan del Peloponeso. Con la ayuda del hijoputismo de unos cuantos, las llamas cercan Olimpia y el templo de Apolo, acabando con la vida de más de setenta griegos. La tragedia rediviva y actualizada. Arcadia también arde; Esparta no queda lejos; Pilos arenosa puede librarse, sin embargo, pues la fortuna favorece a los descendientes de Néstor.

Pero aquí, en la isla Eubea, los pirómanos nos tienen rodeados. Los pirómanos y el mar. ¿Nos inmolarán forzosamente, o pondremos cerco a los hijos de la Gran Puta, dejándolos en la disyuntiva del escorpión?

-Denme un par de aguijones, a ver… Los hijos de la gran Puta babilonia –quiero decir, de la modernidad- no lloran…

miércoles, 5 de septiembre de 2007

El cipote de Archidona

domingo, 2 de septiembre de 2007

La media naranja



Platón, en El banquete, pone en boca de Aristófanes el relato según el cual en principio existieron sobre la tierra unos seres en quienes extrañamente se mezclaban la naturaleza varonil y la femenina.

Caracterizado por su dualidad, cada ser tenía dos caras en una misma cabeza, cuatro manos y otras tantas piernas, cuatro orejas y dos sexos. Su fuerza y vigor eran prodigiosos. Tan prodigiosos que, poseídos de sí mismos, ambicionaron escalar el cielo e invadir la morada de los dioses. Mal podrían éstos consentirlo, pero tampoco querían deshacerse de los hombres y aniquilarlos, privándose entonces de los honores y ofrendas que de ellos recibían. Necesitados, pues, de los mortales, pero temerosos de su pujanza, los dioses olímpicos, con Zeus a la cabeza, decidieron cortarlos por la mitad, duplicando así su número, a la vez que le restaban a cada uno la mitad de su poder.
El corte desdobló la naturaleza del ser primitivo y dejó al hombre y a la mujer resultantes con la oscura convicción de que el suyo no era más que medio ser. Tras el corte, quedó en cada mujer y en cada hombre el anhelo de reunirse con la otra mitad –su media naranja–, que lo complementaría de nuevo.

Amando de Miguel

sábado, 1 de septiembre de 2007



Se dice que un gato siempre cae de pie. Igualmente se dice que una tostada siempre cae del lado de la mantequilla.

Entonces: si atamos una tostada a la espalda de un gato y lanzamos el conjunto, ¿cómo caerá la cosa?