jueves, 30 de agosto de 2007

Traspasado el Umbral



Para uno se acaban las vacaciones -eso no es nada-, mientras que para otros se acaba la vida.

Uno se retrasa en volver a la Blogosfera -buscando como estaba un sitio de exilio apacible en la Francia rural, viajando de un castillo a otro-, y recibe a la vuelta la noticia de la muerte de un escritor de genio y de figura; que supo entender la importancia de la imagen, pero que no se quedó en la imagen. Un escritor con multitud de imitadores que se notan a la legua, un escritor verdadero de los que no abundan en los sellos editoriales, un reinventor del pasado, arquitecto de la lengua, columnista del periódico, discípulo de Gómez de la Serna, de Valle-Inclán, de Juan Ramón, de todo el 27; maestro sin academia, lírico, irónico, pseudocultista; manejador del lugar común en el mundo de las ideas, autor en busca de género, reo de vanidades; provocador, vendedor, declarativo. Maltratado por la vida –desposeído de un hijo- y bien pagado por prensa y público. El castellano le agradece su paso por la lengua, eso es seguro.

Francisco Umbral, más allá de la vida.

martes, 7 de agosto de 2007

La ruta de las setas



Este champiñón se va a tomar unas pequeñas vacaciones. Unos días de asueto, como suele decirse. Me han informado que una caravana sale hacia el país de los galos. Así que voy a intentar cogerla...

domingo, 5 de agosto de 2007

César y los piratas



Historia clásica nos cuenta que los jóvenes aristócratas romanos que se iniciaban en la política eran conocidos por su altísimo nivel de gasto, endeudamiento e impagos. Progresar en la política romana se basaba en gran medida en la capacidad de soborno, de ahí la necesidad de grandes sumas de dinero y el recurso a los prestamistas.
Cuando la situación con los acreedores se volvía insoportable, como a César le pasó más de una vez, el propio aprendiz de político se exiliaba lejos de Roma, camuflándolo como un viaje de estudios.
De regreso de uno de estos viajes de estudios, César fue apresado por los piratas. E hizo un rápido cálculo mental: Si en lugar de pedir por mí 20 talentos hago que los piratas pidan 50, sólo pueden pasar 3 cosas:
Que nadie pague, con lo que acabaré en el fondo del mar.
Que Roma pague mi rescate, con lo que regresaré sano a casa.
Que además de que Roma pague, yo, César, sea capaz de regresar a la guarida de los piratas, ajusticiarlos y reclamar para mí el valioso botín, como justa compensación por mi largo cautiverio.
César no dejó pasar la oportunidad y se cumplió la tercera hipótesis, salvando la vida y cobrándose luego el botín.

Como la vida misma...

miércoles, 1 de agosto de 2007

México güey




Valle-Inclán viajó hasta México por el solo hecho de que se escribe con equis... Allí recreó su Sonata de Estío y conoció un nuevo vocabulario:

El mexicano no duerme; Se echa una jeta.
El mexicano no come; Se echa un taco.
El mexicano no va rápido; Va hecho la madre.
El mexicano no holgazanea; Echa la hueva.
El mexicano no saluda; Te dice ¿qué onda, güey?
El mexicano no besuquea; Faja.
El mexicano no molesta; Chinga.
El mexicano no te ve la cara; Te hace pendejo.
El mexicano no se molesta; Se encabrona.
El mexicano no se cae; Se da un chingadazo.
El mexicano no sale corriendo; Sale en chinga loca.
El mexicano no se burla de ti; Te echa carrilla.
El mexicano no convence; Tira choro.
El mexicano no se atreve; Se lanza a lo macho.
El mexicano no se emborracha; ¡Se pone hasta atrás!
El mexicano no se encuentra fastidiado; ¡Está hasta la madre!
Al mexicano no le es difícil; ¡Está cabrón!
El mexicano no se resbala; Se va de nalgas.
El mexicano no es listo; ¡Es chingón!
El mexicano no es un tipo alegre; ¡Es poca madre!
Al mexicano no le hacen la circuncisión; Le pelan el chile.
El mexicano no es mujeriego; ¡Es un cabrón!
El mexicano no tiene suerte; Se raya.
El mexicano no es grosero; ¡Es un pinche lépero mal hablado!
El mexicano no es corrupto; ¡Es un trácala!
El mexicano no se muere; ¡Se lo lleva la chingada!