La soledad del manager ya es historia. Los tiempos han cambiado. Ahora se estila el trabajo en equipo: Todos juntos… ¡y me lo dicen cantando!
Es el engranaje definitivo de la megaempresa nipona. Esa alegría laboral contagiosa, envidiable, inexistente.
¡Esa alegría que aquí sí existe! Ya sabéis, en El Satiricón. O en La Caída del guindo, esas cosillas cantadas a ritmo de autobombo.