Roma necesita sangre de mujer para que su estirpe se consolide.
Dicen que hay hermosas zagalas más allá de la colina Celia, así que armaremos una buena expedición. Nos divertiremos de paso. Llevaremos las zagalas-corderitos sobre nuestros hombros. Les palmearemos el culete. Qué ricas. Carnes blancas y agradecidas... Ellas protestarán ligeramente, por decir algo.
Pero nosotros somos patricios serios, con buenas intenciones; nos conformaremos con una sabina para cada romano. Nada más. Y nos casaremos con ellas.
miércoles, 7 de noviembre de 2007
El rapto de las sabinas
Publicado por Persio a las 12:22
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