miércoles, 4 de abril de 2007

La Odisea I, 1-10

 






Así comienza La Odisea:

Musa, dime del hábil varón que en su largo extravío,
tras haber arrasado el alcázar sagrado de Troya,
conoció las ciudades y el genio de innúmeras gentes.
Muchos males pasó por las rutas marinas luchando
por sí mismo y su vida y la vuelta al hogar de sus hombres,
pero a éstos no pudo salvarlos con todo su empeño,
que en las propias locuras hallaron la muerte. ¡Insensatos!
Devoraron las vacas del sol Hiperión e, irritada
la deidad, los privó de la luz del regreso. Principio
da a contar donde quieras, ¡oh diosa nacida de Zeus!

He aquí el principio y cumbre de la literatura universal.

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