Si cada uno de nosotros, Quirites, hubiese aprendido a mantener sus derechos y su dignidad de marido frente a la propia esposa, tendríamos menos problemas con las mujeres en su conjunto…
Eran palabras de Catón, quien no andaba desencaminado en cuanto al creciente poder de la mujer en Roma.
Nos lo cuenta Nubiru, para quien la mujer romana es recordada como una fiera sin barreras, caminante entre las sombras del foro nocturno, guardiana de la Noche, custodia del hedonismo de cuarto creciente así como del éxtasis de Luna llena…
Y nos ilustra con la historia de Gala Placidia, la noble romana que soportó el peso del Imperio de Occidente en los trágicos tiempos de Atila y de las invasiones germánicas.
sábado, 6 de octubre de 2007
Gala Placidia
Publicado por Persio a las 10:57
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