lunes, 23 de junio de 2008

Pasifae



Estaba tan bien provisto por la naturaleza que lo apodaron El Toro. Su fama llegó hasta oídos de la reina Pasifae, quien lo mandó llamar. Vestida con una ajorca de rubíes en cada tobillo, lo recibió en la cámara matrimonial del palacio. Al verlo desnudo, gritó aterrada: "No me toques, monstruo. Con semejante espada me matarás."
Indiferente a sus súplicas, él la poseyó. En medio del feroz combate amoroso Pasifae gemía con voz débil: "Sigue, sigue, asesino, no te detengas, que total ya estoy muerta."

Marco Denevi

9 comentarios:

Luis Amézaga dijo...

Qué fatal agonía.

fgiucich dijo...

Como todo lo de Marco Denevi: excelente!!! Abrazos.

Ana Vázquez dijo...

Tienes una sorpresa bien merecida en mi blog, disfrútala. Un beso!

MeTis dijo...

acabas de convencerme que quiero morir apuñalada por una espada. :-)

ana dijo...

!De las cosas que uno se entera en este lugar...!

Abrazo largo y ancho, Persio querido.

Peggy dijo...

Ba mitologia :) lastima....

juan rafael dijo...

Si le llega a pillar el clan Rivera...

Ana Vázquez dijo...

Me encantaaa el mitooo! En su versión porno gana mucho!^^

Anónimo dijo...

luis, ¡tremendo!

fgiucich, yo lo descubrí hace un año y aún no me explico cómo tardé tanto.

alu, porno-mito, jeje.
Gracias por la sorpresa.

metis, ya te veo, ya.

ana, largo y ancho igualmente.

peggy, todo mito puede hacerse realidad... de nuevo.

juan rafael, ¡a por el morlaco!

Saludosss