Estaba tan bien provisto por la naturaleza que lo apodaron El Toro. Su fama llegó hasta oídos de la reina Pasifae, quien lo mandó llamar. Vestida con una ajorca de rubíes en cada tobillo, lo recibió en la cámara matrimonial del palacio. Al verlo desnudo, gritó aterrada: "No me toques, monstruo. Con semejante espada me matarás."
Indiferente a sus súplicas, él la poseyó. En medio del feroz combate amoroso Pasifae gemía con voz débil: "Sigue, sigue, asesino, no te detengas, que total ya estoy muerta."
Marco Denevi
lunes, 23 de junio de 2008
Pasifae
Publicado por Persio a las 18:56
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9 comentarios:
Qué fatal agonía.
Como todo lo de Marco Denevi: excelente!!! Abrazos.
Tienes una sorpresa bien merecida en mi blog, disfrútala. Un beso!
acabas de convencerme que quiero morir apuñalada por una espada. :-)
!De las cosas que uno se entera en este lugar...!
Abrazo largo y ancho, Persio querido.
Ba mitologia :) lastima....
Si le llega a pillar el clan Rivera...
Me encantaaa el mitooo! En su versión porno gana mucho!^^
luis, ¡tremendo!
fgiucich, yo lo descubrí hace un año y aún no me explico cómo tardé tanto.
alu, porno-mito, jeje.
Gracias por la sorpresa.
metis, ya te veo, ya.
ana, largo y ancho igualmente.
peggy, todo mito puede hacerse realidad... de nuevo.
juan rafael, ¡a por el morlaco!
Saludosss
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