sábado, 9 de junio de 2007

Epitafios humorísticos



En Desvariando ando me encuentro con un poco de humor negro. Humor sin fronteras; más allá de esta vida.


En un cementerio de Minnesotta: Fallecido por la voluntad de Dios y la ayuda de un médico imbécil.

Aquí yace Molière, el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto, y de verdad que lo hace bien.

En Viareggio, en la tumba del célebre transformista Leopoldo Fregoli, fallecido en 1936: Aquí, Leopoldo Fregoli llevó a cabo su última transformación.

En una tumba del cementerio de Guadalajara: A mi marido, fallecido después de un año de matrimonio. Su esposa, con profundo agradecimiento.

Necesité toda una vida para llegar hasta aquí.

Os dije que estaba enfermo.

En la tumba de Johann Sebastian Bach: Desde aquí no se me ocurre ninguna fuga.

Lo escribió un marido en la tumba de su suegra: Señor, recíbela con la misma alegría con que yo te la mando.

En la tumba de un ludópata: GAME OVER.

Epitafio de un fumador: Fumar adelgaza.


Y después del humor, dos epitafios serios:

En la tumba de Miguel de Unamuno: Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo.

Fui lo que eres, serás lo que soy. A la entrada del cementerio de Los Arcos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Solo decir que el epitafio que se lee en el ni2cho de MIGUEL DE UNAMUNO es: ACÓGEME PADRE ETERNO EN TU PECHO, QUE VENGO CANSADO DEL DURO BREGAR".