domingo, 28 de octubre de 2007

Una excursión por los tiempos antiguos del idioma



Reproduzco algunos extractos de un interesantísimo artículo publicado en Celtiberia sobre las relaciones entre el antiguo idioma vasco y el íbero. El análisis del aquitano nos puede dar algunas pistas:

Los autores antiguos decían que el pueblo aquitano no hablaba galo. Estrabón (IV,1,1) afirmó que por su lengua y aspecto diferían de los galos pero se parecía a los "íberos".

Además de esto, hace muchos años que se han venido señalando las similitudes entre el sistema fonémico vasco y el íbero, así como la similar estructura de sus compuestos; el íbero suena como el vasco.

El vasco ha sufrido muchos importantes cambios fonéticos; además del hecho de que gran parte del vocabulario vasco es de origen latino o románico, cuestiones que los "descifradores mágicos" hacen ímprobos esfuerzos por ignorar.

Sin embargo, la imposibilidad de traducir el íbero mediante el vasco moderno puede ser una demostración seria en contra de la teoría vascoiberista.

¿Por qué unos rasgos íberos se interpretan tan bien (aparentemente) mediante el vasco y otros parecen de mundos distintos?

De hecho, se considera que la lengua aquitana es vasco antiguo. Ello se debe a la coincidencia entre elementos de los onomásticos aquitanos y el léxico vasco. De esta manera, entre los nombres aquitanos de hombre encontramos CISON, HANNA, SEMBE y SENIUS, que pueden compararse con el vasco 'gizon' "hombre", 'anai' "hermano", 'seme' "hijo" y 'sehi'/'sein' (*'seni') "niño"; mientras que entre los de mujer ANDERE y NESCATO con 'andre' "señora" y 'neska' "niña". Tenemos asimismo la ciudad de ELIMBERRIS y la tribu de los AUSCI, a comparar con 'iri-berri' "ciudad nueva" y 'euskal' "vasco".

La lengua aquitana sólo se conoce por unos cuantos nombres propios documentados en textos griegos y latinos; es decir, no existen inscripciones aquitanas. Además de unos pocos topónimos y tribónimos transmitidos por escritores griegos y latinos, el grueso de los datos proviene de inscripciones romanas halladas en Aquitania (básicamente en el lado izquierdo de la cuenca alta del Garona), en las que se encuentran antropónimos y teónimos indígenas, pero existen también unas pocas breves inscripciones latinas sobre plomo que se han encontrado en el río Rhin (en Hagenbach) y que presentan antropónimos aquitanos; escritas probablemente por soldados aquitanos que servían en el ejército romano.

Y entre los comentaristas, destaco las siguientes aportaciones:

Estrabón cuenta que los tarbetanos, una tribu aquitana, guardaba en textos las poesías de sus antepasados. Estos textos, escritos antes de la llegada de Roma, sólo podían estar en alfabeto ibero.

Sorprende la tremenda y sorprendente homogeneidad que presenta el idioma ibero; cómo puede ser esto en un pueblo que no tiene una unidad política ni es uniforme, más aún cuando se ha comprobado que entre pueblos de una notable aparente uniformidad son comunes la aparición de dialectos y subdialectos muy marcados. ¿Por qué no ocurre esto con los iberos? Pues esto es porque no era una lengua originaria de los iberos, sino tomada por las aristocracias y príncipes dominantes por ser una lengua que facilitaba el intercambio comercial entre diferentes pueblos. Sobre su origen apunta las similitudes encontradas entre el aquitano y el ibero y que pudo venir por el norte.

El ibérico podría ser una lengua ‘franca’, de comunicación entre distintos pueblos, debido al mayor nivel cultural que alcanzaron. No hay que olvidar que muchos de los textos ibericos se supone que tienen carácter comercial.

También es destacable el rápido declinar del uso del ibérico (ante la llegada del latín), comprensible si se tratase de lengua vehicular.

1 comentario:

Franziska dijo...

Bueno, ya está bien de opiniones por hoy: total para lo que tengo que decir, podía estar calladita.

saludos cordiales, volveré a visitar vuestra página.