Preludiaba el cantor bellamente en la lira su canto
del amor de Afrodita, de hermosa diadema, y de Ares
que en la casa de Hefesto a hurtadillas se unieron un día
tras pagar ricamente el amante la infamia del lecho
del señor del hogar; mas el Sol fue a contárselo a éste,
pues los vio desde arriba a los dos en amor abrazados.
Cuando Hefesto escuchó su punzante relato, a la fragua
el camino emprendió meditando en el fondo del pecho
mil desastres; montó sobre el banco un gran yunque y a golpes
unas trabas labró sin engarces ni fallas, capaces
de aguantar cualquier fuerza. Tramado el engaño y en ira
contra Ares, al cuarto marchó donde estaba su lecho;
a los pies que sostén le prestaban y todo en redondo
sujetó aquellos lazos, más otros colgó en la techumbre
cual finísima tela de araña, invisible a los ojos
de las mismas deidades felices, ardid sin parejo.
Viendo ya alrededor de la cama tendido el engaño,
simuló que marchaba hacia Lemnos, la sólida plaza
asentada en la tierra, por él preferida entre todas.
Pero Ares de riendas de oro en despierta vigilia
le observaba y al ver cómo Hefesto, el artífice insigne,
de camino salía, marchó en derechura a sus casas
anhelante de amor por la hermosa Citera. La diosa
regresaba de ver a su padre, el Cronión poderoso,
y no bien se sentó cuando Ares entró en su morada.
Con la mano tomando su mano le habló de este modo:
"Ven al lecho, querida, gocemos en él descansados,
pues Hefesto no está por aquí; no hace mucho que a Lemnos
se marchó a visitar a los sintis de bárbara lengua."
Tal diciendo agradable le hizo el yacer a su lado
y marchando los dos ocuparon el lecho: al instante
se corrieron los lazos que urdiera el ingenio de Hefesto
y no más se pudieron mover ni estirar pie ni mano.
Odisea VIII, 267-299
Escrito por Homero, traducido por José Manuel Pabón y cantado en griego antiguo, no sé bien por quién, pero qué bien suena con instrumento de época y todo, oye.
martes, 1 de abril de 2008
Dioses en red
Publicado por Persio a las 10:45
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8 comentarios:
Si tú dices que canta en griego me lo creo, pero para mi que es un japonés chiquitín.
¡En efesto, Hefesto estaba en Éfeso! ¿o era Lemmos?
La música.... Podía ir perfectamente a el festival de Eurovisión. ¡Qué ritmazo! ¡qué marcha!
un abrazo...
jajajaja enredados.
besos
pues todavia salio bien parado, porque hefesto es de temer con sus yunques y sus martillos.
pero si allí el puterío era algo habitual¡¡
besos
japonés o manchú??? ;-) un abrazo!
juan rafael, jeje, yo también me creo lo del griego. Suena tan deliciosamente arcaico.
de cenizas, imposible competir con el talento de Chikiliquatre :)
isobel, red de amor y oro.
metis, sí, Zeus iba dando los buenos ejemplos.
fujur, norcoreano ;)
Un abrazo
Odio a Homero! La Odisea demasiado coñazo...
¡Nooo! ¡Es estupenda! Tienes que darle otra oportunidad a esa lectura. Hay que familiarizarse poco a poco con el lenguaje, pero luego merece mucho la pena. ¡De verdad!
Asegúrate de tener una buena traducción, como, por ejemplo, la del señor que indico.
Publicar un comentario